Lesiones más frecuentes en el fútbol

Son pocos los tipos de lesiones que componen el grupo de las lesiones propias del fútbol. Lógicamente, se localizan principalmente en las piernas de los jugadores.

Por suerte, las graves son extremadamente raras.

En todos los deportes se producen lesiones como consecuencia directa de las acciones y movimientos que les son propios. La gran mayoría de las que ocurren en el fútbol revisten un carácter leve.

Entre las más frecuentes destacan las contusiones musculares y los esguinces en las articulaciones. 

Obviamente, lo mejor es prevenirlas.  

Esguince de tobillo

Los esguinces de tobillo son las lesiones más habituales en el fútbol. Aunque quizás no se consiga impedir un primer esguince de tobillo, sí se pueden tomar precauciones para evitar sufrir más.

Los esguinces de tobillo presentan normalmente una misma pauta. La mayoría se producen cuando la planta del pie se flexiona hasta dañar los ligamentos de la parte exterior del tobillo, por ejemplo en un choque contra un pequeño saliente dentro del campo o con el pie de otro futbolista al correr o caerse. Un mecanismo típico en el fútbol es una entrada en la que un jugador golpea la parte interior de la pierna del adversario y provoca que el pie de este se flexione (figura 1).

Existen además factores de riesgo personales, como la fortaleza del tobillo, la amplitud de movimiento y el control que se tiene sobre los movimientos. Estos factores de riesgo pueden mejorarse mediante ejercicios específicos, por ejemplo los incluidos en la pagina oficial de la FIFA  11+ (http://f-marc.com/11plus/instrucciones/).

Un factor de riesgo importante es haber sufrido ya una lesión de tobillo. Un aparato ortopédico semirrígido o de suspensión ayuda a impedir que la distensión empeore, y debe llevarse durante varios meses. Además, se puede realizar un entrenamiento de equilibrio suplementario utilizando discos de tobillo.

La mayoría de los futbolistas consideran el esguince de tobillo una molestia, pero es necesario proteger el tobillo para que no vuelva a lesionarse.

  

Cuando se produce un esguince de tobillo, al inicio se produce un dolor muy intenso, a los pocos minutos de la lesión el dolor va mejorando y paulatinamente aparece una hinchazón casi siempre en la cara externa del tobillo que produce dolor al intentar mover el tobillo y al caminar, lo que casi siempre incapacita al deportista para continuar el juego. 

El tratamiento inicial consiste en suspender la actividad física, elevar el pie y poner hielo en el tobillo. Los antiinflamatorios (AINEs) son de gran ayuda. Dependiendo del grado del esguince, se debe inmovilizar el tobillo con vendajes funcionales, ortesis o férulas de yeso, para que el tobillo este en reposo y se produzca la cicatrización de las fibras rotas.

Después de 2 o 3 semanas, se debe iniciar un programa intenso de rehabilitación que incluya, recuperación de la movilidad, propiocepción, fortalecimiento de los músculos peroneos e incorporación progresiva al terreno de juego. 

Rotura del Ligamento Cruzado Anterior (LCA)

La lesión de rodilla más temida es el desgarro del ligamento cruzado anterior (LCA). Pero cualquier lesión de rodilla puede mantenerte apartado de los terrenos de juego o causar problemas a largo plazo.

La rodilla es, junto con el tobillo, una de las articulaciones que los jugadores de fútbol se lesionan con más frecuencia. Los impactos directos (por entradas o por golpes) o indirectos (giros, torceduras) pueden afectar a ligamentos (particularmente al ligamento cruzado anterior - LCA), tendones o cartílagos. 

El LCA es uno de los principales ligamentos estabilizadores de la articulación de la rodilla que impide el movimiento excesivo de la parte inferior de la pierna respecto a la superior. El 70% de todas las lesiones de LCA ocurren sin contacto con otro jugador. Los lances del fútbol que más lesiones de este tipo provocan son las pisadas de frenado después de una carrera, los cambios súbitos de dirección, los aterrizajes con la rodilla y la cadera extendidas, o los lapsus de concentración (figura 2).

Si te rompes el LCA, podrías perderte entre seis y nueve meses de competición como resultado de la lesión. En cerca de los dos tercios de todos las roturas completas de LCA también se producen daños en otras estructuras de la rodilla.

En el momento de la lesión se tiene una sensación de chasquido o crujido en la rodilla, acompañado de un dolor muy fuerte y de una hinchazón que se desarrolla rápidamente debido a la formación de sangre a tensión en el interior de la rodilla. El futbolista es incapaz de continuar en el terreno de juego.

El tratamiento de esta temida lesión es quirúrgico. (conocer detalles de su tratamiento LCA)  

Lesión en los Isquiotibiales

La mayoría se producen sin que haya impacto ni contacto con otro jugador, al esprintar o acelerar.

Los síntomas varían en función de la gravedad, ya que se puede desgarrar o romper todo el músculo o solo partes de él. Las lesiones de los músculos isquiotibiales son más comunes cuando ya se ha tenido una y los músculos del muslo están débiles.

El futbolista refiere un chasquido en el momento de la lesión, un dolor repentino en la parte trasera del muslo, al andar o correr se resiente y la rodilla duele al flexionarla (doblarla).

Como primera medida se debe tener reposo, hielo, antiinflamatorios (AINEs) y dependiendo del grado de rotura, el futbolista podría perderse desde una hasta cuatro semanas para la competición. También debe iniciar un programa especifico de rehabilitación, para incorporarse progresivamente al resto del grupo.  

Conmoción Cerebral

Lo más importante cuando nos encontramos ante una lesión en la cabeza es descartar la presencia de una conmoción.

La conmoción cerebral se ha convertido en una de las lesiones deportivas más conocidas, con consecuencias a largo plazo para la salud, como alteraciones del estado cognitivo y enfermedad mental.

Las tasas observadas fueron más altas en el fútbol femenino y durante la competición.

Al contrario de lo que suele creerse, no implica necesariamente perder el conocimiento. Los síntomas físicos son cefalea, cansancio, mareo, náuseas o vómitos, problemas visuales y fonofobia.

El tratamiento inicial debe primar el reposo físico y cognitivo. Cuando el deportista ha estado completamente asintomático durante mínimo de 24 horas, puede volver al deporte de manera escalonada. Se recomienda reposo absoluto y abstenerse de realizar actividades que requieren concentración, como los mensajes cortos, los videojuegos o el aprendizaje hasta por una semana.   

Se han estudiado las consecuencias a largo plazo de las conmociones cerebrales repetidas. Los efectos pueden ser acumulativos y los jugadores que han sufrido más de tres conmociones cerebrales tuvieron una prevalencia más alta de problemas de memoria y de deterioro cognitivo leve.

No hay que subestimar nunca una lesión en la cabeza. En las lesiones de cabeza hay que tener en cuenta dos aspectos: primero, puede haberse producido una conmoción cerebral. Y segundo, en caso afirmativo la pregunta fundamental es si se puede volver a jugar sin peligro.

Ante la duda, debemos abandonar el campo, aunque creamos que podemos seguir jugando. Siempre que recibamos un impacto en la cabeza es importante tener presente la posibilidad de que hayamos sufrido una conmoción.

Quizás seamos reacios a abandonar el campo en encuentros importantes. Un breve examen en la línea de banda, el “Pocket SCAT”, ayuda a tomar una decisión.

Conocer más detalles (http://bjsm.bmj.com/content/43/Suppl_1/i89.full.pdf)

Para ello se observan los síntomas, se hacen preguntas y se lleva a cabo una prueba de equilibrio. Si aparece cualquiera de los síntomas descritos, es posible que hayamos sufrido una conmoción, y debemos abandonar el partido. Como norma general, este examen debe emplearse para todas las lesiones de cabeza. 

Recomendaciones generales

Tu organismo posee mecanismos naturales de defensa contra las lesiones, que puedes ejercitar para hacerte más “resistente” a ellas. Por ejemplo, ejercitar ciertos músculos estabiliza las articulaciones, ejercitar el equilibrio te hace menos susceptible a su pérdida y a las caídas. Existen ciertas técnicas, como, por ejemplo, formas de saltar o de caer, que te protegen de daños en esas situaciones críticas.

“FIFA 11+: un calentamiento completo para prevenir las lesiones” combina ejercicios que inciden en los aspectos mencionados y te proporcionan una protección general contra las lesiones. "Los FIFA 11+” es un calentamiento completo que se debe efectuar antes de cada sesión de entrenamiento. Tienes que haber cumplido 14 años antes de empezar a practicar "Los FIFA 11+”.

Un estudio científico llevado a cabo con la participación de unas 2.000 jugadoras jóvenes demostró que los equipos que practicaban "Los FIFA 11+” al menos dos veces por semana sufrían menos lesiones, entre el 30% y el 50% menos, que los equipos que calentaban con otros ejercicios. Cuanto mayor cuidado pongas en efectuar correctamente todos y cada uno de los ejercicios, mayor será su eficacia. Tu entrenador supervisará cómo ejecutas los ejercicios y corregirá tus movimientos si fuera necesario.

Conocer más detalles en http://f-marc.com/11plus/instrucciones/