Cualquier procedimiento quirúrgico, por pequeño que este sea, tiene sus complicaciones. Las más frecuentes son: infección, trombosis, lesión de algún nervio o algún vaso sanguíneo.
No existe ningún cirujano en el mundo que garantice con certeza un 0% de complicaciones.
Muchas de estas complicaciones son ajenas al cirujano, pero en general se encuentran alrededor del 1%. Este porcentaje se podría incrementar si el paciente padece de algunas enfermedades como diabetes, problemas de circulación sanguínea, trastornos renales, etc. No obstante, el cirujano hará todo lo posible para evitar y/o minimizar todos estos posibles riesgos.
Usualmente no se retiran hasta pasado dos días, momento en el cual se retiran por algún profesional sanitario y luego se vuelve a cubrir la herida. Se siguen realizando curas secas cada 48-72 horas hasta retirar los puntos a los 10 – 15 días.
Hasta que no se retiren los puntos y la herida no se encuentre completamente seca y cerrada, no es conveniente ningún tipo de baño en piscina, jacuzzi, etc.
Es normal tener ciertas molestias en el postoperatorio inmediato y los días siguientes. Durante el ingreso hospitalario, si la cirugía lo requiere, se administran analgésicos y anti inflamatorios de forma intravenosa. Luego, estos medicamentos se continúan por vía oral por unos 7 – 10 días, según el dolor.
Cuando la cirugía se efectúa en algún miembro inferior, si es necesario poner una heparina que es de bajo peso molecular (HBPM). En el mercado existen de varias marcas y la dosis se ajusta de acuerdo al peso de cada paciente.
Esta HBPM es necesaria para evitar complicaciones graves como la trombosis (un coágulo en el interior de un vaso sanguíneo).
La HBPM viene con una aguja muy pequeña (similar a las de insulina) y su aplicación no debe ser dolorosa.
En algunas cirugías es necesario administrar la HBPM por 7 – 10 días, y en otras cirugías con mayor riesgo, se administra por un mes ó mes y medio como en las prótesis de rodilla y cadera.
Si. Existen algunos medicamentos por vía oral, pero solamente están aprobados para profilaxis de la trombosis después de alguna cirugía de prótesis de rodilla o de cadera. En el resto de cirugías de algún miembro inferior se debe continuar con la heparina pinchada.
De ninguna forma. Debe evitar cualquier tipo de cremas o ungüentos, ya que estos pueden aumentar el riesgo de infección.
Si. Es completamente normal tener algo de sangrado sobre los apósitos o vendajes los días siguientes a la cirugía. Un vendaje adicional sobre la zona, puede resolver el problema. Si el sangrado es abundante o no se puede controlar, no dude en contactarme.
En quirófano de un centro hospitalario.
La cirugía percutánea no puede ser considerada una cirugía menor al realizarse por mínimas incisiones, a través de ellas podemos realizar técnicas quirúrgicas mayores e incluso muy agresivas, por ello es fundamental que sea realizada por cirujanos expertos y tanto la preparación del paciente, como las medidas de esterilidad han de ser extremas.
Anestesia local.
Prácticamente en la totalidad de los casos se utiliza anestesia loco-regional, lo que se disminuye de una manera muy significativa las posibles complicaciones anestésicas.
Es una cirugía absolutamente ambulatoria, una vez finalizada la intervención, en el quirófano se coloca al paciente un zapato post-quirúrgico con el que podrá caminar desde ese momento, la primera revisión se suele realizar en una semana para retirar los puntos, y el vendaje quirúrgico; Se instruye al paciente como colocar el nuevo vendaje que cambiará el mismo a diario tras el aseo personal durante dos-tres semanas, en este periodo de tiempo mantendrá el zapato post-quirúrgico y a partir del mes utilizará calzado normal de manera progresiva.
La incorporación a las actividades familiares, sociales o laborales que no requieran de esfuerzo importante o largos periodos en pie, podrán realizarse desde el mismo día de la intervención pero siempre utilizando el zapato post-quirúrgico.
La incorporación a la actividad laboral dependerá de la intensidad de la misma.
No se podrá conducir mientras utilicemos el zapato post-quirúrgico.
La actividad deportiva podrá iniciarse al mes, evitando ejercicios de salto, rebote hasta pasados tres meses aproximadamente.
No. Aunque desde el punto de vista quirúrgico no existe ningún inconveniente en poder realizar la cirugía de los dos pies a la vez, la necesidad de utilizar el zapato de suela rígida post-quirúrgico que obliga a una mayor dificultad en la marcha que disminuye la carga sobre el pie operado desaconseja que se operen los dos pies a la vez, al proporcionar peores resultados.
Todas las técnicas quirúrgicas utilizadas para el tratamiento de los juanetes, dedos en martillo, etc. pueden evolucionar con la reaparición de la deformidad, esto dependerá en algunas ocasiones de las características anatómicas del pie. (independientemente de que sea abierta ó percutánea)
Existe entre un 85% y 90% de buenos y excelentes resultados en la bibliografía médica.
No. Es absolutamente falso que la cirugía percutánea del pie se realice con láser, posiblemente haya sido esta denominación popular de “cirugía láser” al realizarse estas técnicas a través de incisiones milimétricas, aunque también ha sido utilizado en ocasiones por algunos profesionales intentando transmitir una mayor modernidad y una tecnología superior.
Normalmente, la causa más frecuente de dolor en la rodilla es por problemas en la rótula (condromalacia o femoropatelar) más que por rotura del menisco. El diagnóstico hay que hacerlo con la exploración y con pruebas de imagen.
Algunas veces la Resonancia Magnética (RNM), puede dar imágenes dudosas (falso positivo) ya que se trata de una prueba complementaria. Lo más importante en este caso seria confirmar si hay dolor mediante la exploración física. En este caso, la cirugía artroscópica definitivamente confirmaría si hay una rotura de menisco.
La condromalacia se debe a un desequilibrio muscular que hace que la rótula presione más sobre el fémur produciendo el reblandecimiento de ésta. La solución principal es un programa de rehabilitación adecuado que debe prolongarse varios meses, evitándose posturas o actividades que activen el dolor como las subir o bajar escaleras, ponerse de cuclillas o de rodillas.
Como explique anteriormente, la Resonancia puede dar imágenes dudosas en un cierto porcentaje de casos. La cirugía es el método más fiable de saber cómo está el menisco ya que se ve y se toca. Muchas veces la causa del dolor se debe a lesiones en el cartílago o la superficie de recubrimiento del hueso (lesiones condrales). Otras veces por condromalacia. Desafortunadamente el cartílago no se puede reparar.
El único tratamiento curativo para la artrosis de rodilla es una prótesis, pero esto depende también del grado de la misma y la edad del paciente. Si esta asociado a roturas degenerativas del menisco, se puede actuar sobre el menisco, y limpiar un poco el interior de la rodilla. Puede que mejore algún tiempo con la artroscopia, pero a futuro muy seguramente necesitara de una prótesis.
Algunas roturas de menisco (menos del 10%) se pueden suturar, si la rotura cumple una serie de características como son las roturas periféricas del menisco y ser joven. En el resto de casos, se recorta el menisco (meniscectomía), para evitar que la rotura aumente de tamaño o bloqueé la rodilla.
Si se extirpó el trozo roto del menisco (que es lo más habitual) se puede caminar al día siguiente, normalmente con muletas y apoyo parcial. No suele doler mucho. En un par de semanas se puede hacer vida normal, aunque el deporte hay que reiniciarlo más lentamente. Si se ha suturado, hay que estar caminando con muletas al menos durante 4 semanas.
Con unos ejercicios sencillos puede no necesitar ir a rehabilitación. Pero si es importante mejorar la musculatura tras la operación.
En principio, podrá hacer vida normal, aunque según lo que se aprecie en la cirugía tal vez se le recomiende evitar deportes con mucho traumatismo en la rodilla (correr, futbol, pádel, etc.) y que los cambie por natación o bicicleta.
Visita este enlace de interés con más informacion: http://orthoinfo.aaos.org/menus/espanol.cfm
Entre los más usados se encuentran los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), los relajantes musculares, analgésicos y antidepresivos.
Dentro de los objetivos del tratamiento se encuentran: controlar el dolor con la dosis minima efectiva, el prevenir la dependencia a algún medicamento y el evitar sus efectos adversos.
PARACETAMOL: Es útil para dolores leves – moderados. No se recomiendan dosis de más de 4 gr al día. Su uso prolongado en altas dosis puede provocar hepato toxicidad. No se recomienda para dolores crónicos y pacientes con trastornos hepáticos o bebedores habituales de alcohol (venta libre).
Es un medicamento seguro en pacientes con trastornos renales.
TRAMADOL: No se recomienda su uso junto con otros medicamentos opioides. Se debe usar con precaución en pacientes que estén con algunos antidepresivos (inhibidores de la norepinefrina y serotonina) y personas mayores de 75 años. Se recomienda para dolores severos y por corto periodo (necesita receta médica).
ANALGESICOS NARCOTICOS O ESTUPEFACIENTES: Se deben usar con precaución por su alto potencial adictivo. No se recomienda como primera opción para el tratamiento del dolor y si se usan, debe ser por un corto periodo de tiempo (necesita de receta médica de estupefacientes).
ANALGESICOS DE USO CUTANEO: La capseisina, se puede usar para dolores leves. Se tolera bien, pero los pacientes se quejan de sensación de quemazón y un olor desagradable. Los parches de lidocaína se usa más para algunos dolores muy localizados y superficiales y en neuralgias post herpéticas (venta libre).
AINEs o antiinflamatorios no esteroideos (Ibuprofeno, diclofenaco, naproxeno, etc): Inhiben la enzima ciclooxigenasa (COX), lo que inhibe la síntesis de prostaglandinas encargadas de la inflamación. Utiles para controlar la inflamación y el dolor por periodos cortos de tiempo (1 o 2 semanas), son gastroerosivos (producen daño al estomago en consumos prolongados) por lo que se asocian con un gastroprotector (omeprazol).
Específicamente COX-1 protege al estomago y COX-2 es el precursor responsable del dolor, la fiebre y la inflamación.
Los AINEs de primera generación inhiben COX1 y COX2, por lo que son más gastroerosivos y los AINEs de segunda generación son inhibidores selectivos del COX-2, lo que minimiza sus efectos gastroerosivos (eterecoxib, celecoxib, etc).
En general los AINEs son medicamentos de primera línea para el tratamiento del dolor. No hay evidencia científica que un AINEs sea superior que otro (venta libre en la mayoría de farmacias).
RELAJANTES MUSCULARES: Tienen efectividad para el tratamiento de lumbalgias agudas y contracturas musculares, por un corto periodo de tiempo. Su uso en conjunto con los AINEs produce mayores beneficios, pero tiene efectos adversos a tener en cuenta como la dependencia, somnolencia y sobredosis. No hay evidencia de superioridad entre un relajante muscular y otro.
Lo mejor es su administración antes de dormir, por sus efectos de sedación (necesitan receta médica).
ANTIDEPRESIVOS: El dolor y el estado de animo están muy relacionados. Sin embargo se reserva solo para dolores crónicos y/o asociados a depresión leve. Muchos pacientes con dolor crónico tienen trastornos del sueño, el uso de antidepresivos tricíclicos se puede utilizar debido a sus propiedades sedativas (necesitan receta médica).